En cualquier competición pueden caldearse y exaltarse los ánimos más de la cuenta, pero lo de esta gente es para hacérselo mirar: improperios, amenazas y una total falta de respeto por los demás jugadores marcan la pauta de una competición a la que no serÃa demasiado agradable asistir. Parece que en cualquier momento vayan a desenfundar una AK-47 y a recrear su último headshot en vivo y en directo, de hecho.